En la España actual, es muy difícil que un estreno televisivo funcione, especialmente si se emite pasadas las 11 de la noche. Tal y como está planteado el prime time nacional —incompatible con nuestros horarios de sueño— no es de extrañar que la mayoría de los formatos nocturnos estrenados en los últimos años hayan acabado por fracasar. Por eso, cuando un programa consigue asentarse en la parrilla partiendo de cero, el mérito es considerable.
No se puede negar que RTVE ha intentado renovar su cartelera de programas en el último lustro. Han sido muchas las apuestas del ente público para conectar con una audiencia más transversal, diversificando su oferta para llegar a perfiles de espectadores distintos del target habitual. Entre estos estrenos se cuentan algunos tropiezos —La ruta Morancos, por ejemplo— pero también brotes verdes del tamaño de la Catedral de Sevilla, que han consolidado a La 1 como la segunda cadena más vista en España.
En esta temporada primaveral, los dos grandes estrenos del primer canal de RTVE son The Floor y Futuro Imperfecto. Aunque The Floor no deja de ser un reestreno, ambos han llegado a la televisión pública para hacer brillar su franja nocturna. Los miércoles y los jueves, con permiso de Supervivientes, la audiencia acude a La 1 en busca de entretenimiento.
The Floor llegó sin mucha algarabía, al ser un viejo conocido. No se esperaba mucho, pero el concurso ha conseguido liderar prácticamente cada día desde su estreno, superando el 10% de share. Y es que, en España, los cambios de cadena para los concursos funcionan, sobre todo cuando se incorpora un elemento en la presentación que aporta mucha frescura al formato.
Chenoa es, por mérito propio, uno de los pasos al frente más acertados de la temporada; la cantante está estupenda al mando de The Floor. Ágil en la presentación, sin histrionismos y dándole al juego el protagonismo central que merece. Chenoa no pierde el tiempo en chistes de guion ni en reacciones afectadas, y no por ello deja de ser cercana con la audiencia. No se despista ni nos despista con idioteces; comunica a la vez que traslada la tensión de la mecánica a la concurrencia.
Si el rendimiento de The Floor esta temporada es notable, el de Futuro Imperfecto podemos decir que es el mayor logro de La 1 en 2025. El registro conseguido el pasado jueves es bastante descriptivo de la buena acogida del formato: un 16,8% de share y más de un millón y medio de espectadores. Vale, sí, aupado por los datos del fútbol, pero Broncano no consigue tanto por mucha Nations League que tenga delante.
El éxito del programa de Buenafuente también hay que ponerlo en valor en relación con la competencia a la que se enfrenta. El programa se mide contra la gala de Supervivientes, un killer format de esos que suelen dejar mermada a la competencia y del que Futuro Imperfecto ha salido bastante indemne.
El presentador catalán vuelve a disfrutar haciendo televisión, y eso se nota y se contagia. Buenafuente es de los pocos supervivientes de una generación de comunicadores que quedaron desarmados ante la llegada de nuevos discursos y lenguajes. La buena acogida de Futuro Imperfecto en RTVE nos demuestra que su humor mesurado sigue conectando con un público muy transversal. De esa España plural y diversa de la que tanto nos hablan, Buenafuente sabe un rato.
Viendo los datos, hay Futuro Imperfecto y The Floor para rato. Chin pum. Y después de hacerles este traje de saliva a Chenoa y Buenafuente, a los que no me une nada personal ni profesional, subo la apuesta: señores de RTVE, ¿cómo verían a esta pareja como presentadores de las campanadas de este año? Ahí lo dejo.
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